domingo, 15 de noviembre de 2009

El veneno de tus ojos


Mamen Guerrero (serpiente-atractivo)

En mi último viaje a la India conocí a un encantador de serpientes. Me embrujó lo atractivo de sus ojos. Comprobé cómo, sin ningún temor, fijaba sus pupilas en las pupilas de las serpientes hasta dominarlas. Mi fascinación por Rasik hizo que reptase de una ciudad a otra; de Jaipur a Calcuta y de allí a Madras, le ayudé recogiendo las monedas que le ofrecían por exhibir su habilidad hipnótica.
Una noche que dormía, me atreví a destapar la cesta donde las guardaba, quise comprobar si podía imitarle. No pude, parecía que solo tuviesen un dueño. Me sentí como ciega:
los ojos sin párpados, las pupilas casi quietas, la visión nublada. Un tremendo sopor me invadió. Me desperté con frío y aprisionada entre serpientes.
Al día siguiente, en la función de tarde, Rasik abrió la cesta; me deslicé al exterior y vi que otra mujer le ayudaba mientras él me sometía con sus ojos atractivos y, sin poder resistirme, hizo que tragase mi veneno. La función acabó, la mujer recogió las monedas y Rasik salió de su mano olvidando cerrar la cesta, de esa forma me devolvió la libertad.
Ha pasado un año de aquello; estoy a punto de mudar la piel, pero aún siento el efecto del veneno en mis ojos.

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